¿Qué será profesar? ¿Qué será entregarse? ¿Qué será la renuncia, el abandono y la confianza total? Preguntas que llegan en algún momento, cuando ha habido una voz, sutil pero constante, diciendo ¡Ven! ¡Sígueme! Con la firmeza de un imperativo, con el rigor de una demanda, pero con las letras de nuestro nombre que al escucharlas se hacen melodía. ¿Quién me llama? ¿Quién eres? Cómo si llamase a Samuel. Una, dos tres o cuatro veces, la misma voz que ha llamado a otros, con especiales encomiendas y recursos variados. Qué importan las críticas, que importan los protocolos, si al final es mi nombre el que se ha pronunciado y tendré que ponerme en pié y responder. Ya sé quién es, lo sentía desde el principio pero me confundía su propia voz con otras escondidas en mi mente y en mi corazón.
El día 11de Octubre, un poco más de las 11:00 de la mañana, en una Solemne Misa en la Parroquia Madre de la Divina Providencia, Presidida por el Vicario Provincial, P. Paulo Talep y concelebrada por los demás cofrades Sacerdotes de nuestra Provincia y acolitada por los Religiosos Profesos Simples. Así, delante de todos los Religiosos: Danilo Jesús María y Miguel Ángel María profesaran los votos Perpetuos de Pobreza Castidad y Obediencia en la Orden de los Clérigos Regulares de San Pablo. Llegaron a decir: ¡Sí, habla que tu siervo escucha! Profesaron, renunciaron, abrazaron, y se abrirán a la libertad que da el reconocer y aceptar sus propios límites. Son humanos dependiendo de alguien Mayor, respondiendo a un llamado ineludible, una orden serena: ¡Ven y Sígueme!
El día 11de Octubre, un poco más de las 11:00 de la mañana, en una Solemne Misa en la Parroquia Madre de la Divina Providencia, Presidida por el Vicario Provincial, P. Paulo Talep y concelebrada por los demás cofrades Sacerdotes de nuestra Provincia y acolitada por los Religiosos Profesos Simples. Así, delante de todos los Religiosos: Danilo Jesús María y Miguel Ángel María profesaran los votos Perpetuos de Pobreza Castidad y Obediencia en la Orden de los Clérigos Regulares de San Pablo. Llegaron a decir: ¡Sí, habla que tu siervo escucha! Profesaron, renunciaron, abrazaron, y se abrirán a la libertad que da el reconocer y aceptar sus propios límites. Son humanos dependiendo de alguien Mayor, respondiendo a un llamado ineludible, una orden serena: ¡Ven y Sígueme!
Que Dios la Virgen de la Providencia y santo Antonio María Zaccaria nuestro padre fundador les ayuden en este nuevo periodo de vida Religiosa.
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