Ante un templo lleno de familiares y compañeros de las víctimas y numerosos fieles en general, la misa fue concelebrada por el obispo castrense, monseñor Juan Barros; el obispo de Valparaíso, monseñor Duarte, y monseñor Cristián Contreras, obispo auxiliar de Santiago; el Deán de la Catedral, monseñor Juan Suárez, vicarios episcopales, más de veinte sacerdotes y diáconos.
También concurrieron representantes de Carabineros y del Ejército de Chile; el alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett, y la alcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato.Al inicio de la liturgia, representantes de las instituciones en las que trabajaban las víctimas de la tragedia encendieron un cirio por cada fallecido, a ambos costados del cirio pascual, signo de Cristo resucitado, al centro de la nave principal, delante del altar.
Apoyadas en el ese cirio, se colocaron las fotos de los fallecidos.Al momento de la oración de los fieles, la periodista Mónica Pérez, Mauro Valdés y Juan Carlos Díaz, “El Tata”, oraron por el eterno descanso de las víctimas de la tragedia, por sus familiares, instituciones y por todo el país. Luego, se llevaron cuatro ramilletes de flores blancas, una por cada institución afectada, y se dejaron junto al cirio pascual, como signo de vida, gesto que llenó de emoción a los asistentes.
Dios nos amaDurante su homilía, monseñor Ricardo Ezzati leyó el mensaje que envió el Papa Benedicto XVI con su pésame, cercanía y consuelo ante la muerte de estos 21 chilenos. Monseñor Ezzati expresó luego toda la solidaridad de la Iglesia en Santiago con las instituciones afectadas, “y de una manera muy especial por las familias de quienes han perdido la vida. Dios sea para todos esa caricia amorosa de Padre, que nos consuela y que nos llena el corazón de esperanza”. Refiriéndose a los textos bíblicos de la misa, aseguró que Dios está presente como Padre que acoge, que consuela y da vida abundante, su propia vida”.
Más adelante anunció, “en este momento de dolor”, que “Dios nos ama, Dios nos ha creado para la vida, la vida abundante de su Hijo, Cristo resucitado”.Monseñor Ricardo Ezzati invitó a que desde Arica a Tierra del Fuego, “en estos días, esta esperanza pudiera llegar al corazón de todos los chilenos y de todas las chilenas: nada ni nadie nos puede separar del amor de Dios, porque Dios ha enviado a su Hijo para que su amor se ampliara en el corazón de cada persona”.
Es posible donarse por el bien de los demásResaltó luego el espíritu solidario que motivaba el viaja a Juan Fernández de quienes murieron. “Han fallecido mientras intentaban realizar un proyecto de solidaridad, de amor, de fraternidad, de don (…)
¡Qué mensaje tan necesario para nuestra convivencia y qué testimonio tan hermoso nos han dado estos hermanos y hermanas que han fallecido realizando un gesto de servicio!”. Después motivó animar “una cultura de las solidaridad, del don de sí, de compromiso por el bien de todos, aún pagando personalmente hasta con la vida. “¿No es lo que más necesitamos para ser el país de hermanos que todos soñamos?”, se preguntó. Y agregó que “estos hermanos nos dicen que esto es posible realizarlo, que esto no es una utopía, que es un sueño posible, para hacer de Chile un país grande, un país justo, un país de hermanos. Y nos dicen también que el sacrificio, el don de sí, es parte de la realización de este proyecto”.
Terminada la misa, el arzobispo de Santiago presidió un responso por el eterno descanso de las 21 víctimas del accidente aéreo y al retirarse saludó a las autoridades y en forma muy cálida especialmente a familiares y compañeros de los fallecidos, hacia quienes también los fieles en general tuvieron gestos de afecto y cariño.
Fuente: Iglesia.cl
0 comentários:
Publicar un comentario