Mons. Gonzalo Duarte, Obispo de Valparaíso, señaló en su homilía que “debemos hacer un verdadero examen de conciencia de nuestras vidas y un discernimiento profundo de cuáles son las prioridades reales en nuestro querer y actuar cotidianos”
Sobre los hechos que nos han marcado en este último tiempo: tragedia en Juan Fernández, movimientos sociales, especialmente estudiantiles, la opción por la vida y la familia se refirió en su Homilía para el Te Deum Ecuménico, el Obispo de Valparaíso, Monseñor Gonzalo Duarte, que por octavo año consecutivo contó con la presencia de pastores, pastoras y representantes de diversas Iglesias y Comunidades Cristianas hermanas.
Tragedia en Juan Fernández: ¿Cuáles son los verdaderos valores e inquietudes que están motivando nuestra vida?
“Aún estamos conmovidos por la tragedia de Juan Fernández y por los 21 hermanos y hermanas que allí murieron, queriendo dar lo mejor de sí mismos en favor de los demás, particularmente de los tan probados habitantes de ese territorio insular” señaló Mons. Duarte.
“Hay en todo esto un llamado potente a todos a hacer un verdadero examen de conciencia de nuestras vidas, y a un discernimiento profundo de cuáles son las prioridades reales en nuestro querer y actuar cotidianos. ¿Cuáles son los verdaderos valores e inquietudes que están motivando nuestra vida?”. El testimonio de estos hermanos y hermanas debe marcar un antes y un después en nuestra manera de mirar y vivir la vida. “Es un llamado urgente para cada uno, pero también a toda la Sociedad Chilena, a buscar las verdaderas prioridades de las políticas públicas y del quehacer de las entidades, estatales y privadas, que conforman el tejido vivo de la sociedad”.
Movimientos Sociales: han sacado a luz el profundo desencanto que vive la mayoría de los chilenos y chilenas
“En estos últimos meses grandes e importantes inquietudes ciudadanas se han manifestado en significativos movimientos sociales, especialmente estudiantiles, que han sacado a luz el profundo desencanto que vive la mayoría de los chilenos y chilenas”.
Citando al Comité Permanente de nuestra Conferencia Episcopal, señaló que “La constatación del malestar e indignación global, y las particularidades que adquiere en nuestro país ante las crecientes y escandalosas desigualdades nos hacen ver que estamos frente no sólo a cambios sociales y políticos, sino de un orden más profundo, en el ámbito de la cultura”. “El rechazo al lucro como mero fin en sí mismo y la mercantilización de la vida social, la reivindicación sobre la ecología, la aspiración a una sociedad más equitativa, inclusiva y comunitaria, se traducen en tendencias a un cambio cultural que requiere ser adecuadamente comprendido y acompañado. (“Recuperemos la confianza y el diálogo”, Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile, 10 de agosto de 2011).
“Estos sentimientos y pensamientos se han manifestado con vehemencia inusitada, a veces incluso inaceptable. Frente a la crisis, las propuestas y debates en curso, es fundamental que las partes den lo mejor de sí para apurar los necesarios acuerdos. Ello requiere por parte de los demandantes una gran capacidad de discernir y acotar los desafíos que consideren más esenciales, utilizar los espacios y formas que ofrece la institucionalidad democrática para hacerlos presente a las autoridades legítimas, sabiduría para proceder con racionalidad y civismo, dar claras señales de que lo que se busca es alcanzar soluciones posibles para la actual realidad del país, por sobre el conflicto, teniendo siempre presente el bien común de la entera sociedad. A las autoridades e instituciones del Estado, y no sólo a ellas, corresponde la tarea de generar confianzas, a través de una gran capacidad de escucha y de diálogo con el mundo político y los principales actores de la educación chilena. Todo con la finalidad de acoger lo que objetivamente es urgente, justo, verdadero y bueno acerca del sistema educativo, y consensuar las mejores respuestas posibles por el bien de las presentes y futuras generaciones estudiantiles” (“Educación: recuperar las confianzas”, Mons. Héctor Vargas, Presidente del Área de Educación de la Conferencia Episcopal, 5 de agosto de 2011).
Opción por la Vida y la Familia: Trabajemos por la vida, Por toda vida
“Una de las debilidades más grandes de la sociedad chilena es la fragilidad de la familia. Y aquí nos cabe una responsabilidad fundamental por cierto a la Iglesias. Pero a toda la comunidad nacional. Tenemos que manifestar un mayor amor y respeto por la familia”.
“No podemos aceptar legislaciones que desdibujen y debiliten esta familia que ha sido fundamento de la Nación chilena. Pero también debemos tener una preocupación delicada y eficaz por tantas situaciones familiares difíciles que viven muchos miles de chilenos y chilenas, especialmente menores de edad, jóvenes, ancianos y mujeres solas”.
“No podemos, tampoco, aceptar leyes que permitan que se atente contra la vida del que aún vive en el seno de su madre. Y si bien sabemos que hay intervenciones médicas en favor de la madre que a veces traen, como efecto no buscado ni deseado, la muerte del feto (el llamado “aborto indirecto”) no podemos aceptar que se atente directamente contra la vida del no nacido por una finalidad supuestamente terapéutica, es decir “sanadora”.
“Trabajemos por la vida. Por toda vida. Pero una vida de calidad, la calidad de vida que se merecen todos los hijos e hijas de Dios. (Documento “Clamor por la vida de los inocentes”, firmado por todos los Obispos de Chile el 28 de diciembre de 2010 y vuelto a publicar en www.iglesia.cl el 10 de septiembre de 2011).
“La Nación chilena ha demostrado muchas veces estar a la altura de los desafíos que ha debido enfrentar. Estamos ciertamente en un momento de grandes desafíos e inmensas posibilidades. Se nos presenta la hermosa oportunidad de dar pasos valientes y decididos por construir una sociedad más equitativa e inclusiva para todos, pero especialmente para aquellos y aquellas que históricamente han ido quedando “al borde del camino”. No perdamos esta bella oportunidad que el Señor nos brinda”.
Fuente: Comunicaciones de Valparaíso
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