Nuestra Agenda: Dia 01/11 - Missa pelos Defuntos, Padres y Hermano(parentes, amigos e Religiosos de la Congreción)--- Dia 07/11 - Missa de envio das Imagens de Nossa senhora e Mês de Maria em Chile--- Dia 11/11 - Aniversario do Sem.Christian Virgílio--- Dia 08/11 - Missa e Benção da Gruta de Lurdes, na Comunidad San Pablo--- Dias 19/11 - Nossa Senhora da Divina Providencia- Rainha e Padroeira dos Padres Y Irmãos Barnabitas( PROFISSÃO PERPETUA DO RELIGIOSO FRANCISCO JAVIER-Crsp Y MINISTÉRIOS DE NELSON MAIA-Crsp E MAURO HENRIQUE -Crsp --- Dia 20/11 - Adoração com os Leigos de San Pablo --- Dia 22/11 - Aniversario do Pe.Paulo Tallep-Crsp

Dios nos da la vida…




El tema de nuestro encuentro de este año nos lleva a reflexionar que la vocación que Dios regala a cada uno de nosotros no es arreglada y empieza en el Bautismo. Dios nos ofrece la posibilidad de cooperar para el crecimiento ordenado de la Iglesia; nosotros como iglesias vivas nos entregamos con entusiasmo a la misión específica que Él nos ha confiado: trabajar en el servicio de la Palabra y al servicio de la caridad o la oración.
Para muchas personas esto es impensable: ¿cómo nosotros, siendo jóvenes, podemos entregar nuestras vidas y cómo podemos vivir sin sexo? Esto se vuelve posible porque al recibir nuestra misión como bautizados en la Iglesia se nos otorga una abundancia de la gracia de Dios; como hemos puesto nuestra esperanza en él somos hombres y mujeres llenos del Espíritu, guiados por la sabiduría divina y movidos por la fe en Cristo resucitado.
Naturalmente no estamos exentos de tener deseo, dado que no somos asexuados, pero, como señalé en el párrafo arriba, el Espíritu Santo nos regala la Victoria de hijos y personas consagradas, él nos agrega la fuerza que nosotros necesitamos.
Eso nos lleva a ser personas que buscan la clave que está en caminar con rectitud, haciendo justicia, glorificando a Dios con nuestra vida, con la certeza de que Él nos mira de cerca y nunca nos abandona en nuestras necesidades. Buscamos el cielo mas con los pies en la tierra.
Con esa convicción arraigamos la vida que sólo Dios nos da en la oración e comunión con la iglesia, y podemos trabajar juntos para hacer que la Palabra de Dios sea difundida en el mundo y su amor sea visto en nuestra actitud constante de bondad y solidaridad con los necesitados. Contemplar e imitar el ejemplo de la primitiva Iglesia, inspirada en la verdadera presencia de Jesús en nosotros y para nosotros.
La “herramienta” que nos ayuda a acercarnos a los que están a nuestro alrededor, es nuestro ejemplo de buenos cristianos e de piedras vivas que quieren edificar y ofrecer a ellos la “posibilidad de vivir una renovación particular que encuentra su desarrollo en la renovación de la comunidad cristiana”.
            Yo como joven los invito a perseverar en su misión como iglesia, a no dejar que la sociedad los sacuda en los momentos difíciles de crisis en nuestra iglesia, aun cuando sea sacudida por disturbios y enfermedades emocionales. Dificultades siempre tendremos, pero nos sustenta la certeza de que el Señor está cerca de nosotros. Así es como vamos a lograr juntos el otro lado de esta vida, cuando tendremos la eternidad feliz que nos espera.
            A los jóvenes tenemos que señalar lo que Juan Pablo nos pedía; nuestro amado Papa quería que la Iglesia ayudara a que los jóvenes,
encararan la vida como un regalo, y supieran cómo encontrar la alegría en todas las situaciones, incluso cuando las cadenas quisieran frenar; siempre se puede empezar de nuevo. Nunca dejemos de buscar a quien nos da toda la fuerza que necesitamos: Jesús en la Eucaristía.
Así como Jesús invita al joven rico a ir más allá de la satisfacción de sus aspiraciones y sus proyectos personales, diciéndole: "Ven y sígueme", la vocación cristiana se deriva de una propuesta de amor de Dios y sólo puede tener lugar gracias a una respuesta de amor: "Jesús invita a sus discípulos para dar toda su vida, sin cálculo humano o beneficios, con una confianza sin reservas en Dios".
En la misión en nuestro colegio en La Serena pude descubrir esta mirada de Dios en mi vida; al hablar a los papás de los alumnos sentía la misma pregunta que mucho se hacen, de cómo lograr caminar sin tener miedo a ser rechazado por la sociedad y por muchos jóvenes. En cada momento de mi vida miro las manos de Cristo. Pienso e intento hacer como Juan Pablo II nos invitó cuando estuvo en Chile: buscar a Cristo, mirar a Cristo y vivir en Cristo. Si los jóvenes supiésemos la gran fuerza de deseo que tenemos no tendríamos miedo de entregarnos totalmente a Dios y decirle: Señor yo soy Totus tuus!
Nosotros queremos seguirte con radicalidad, queremos ser santos como tu siervo nos invita, los que nuestra iglesia necesita hoy; y quizás necesitamos hoy santos que no “solamente arropan velo o Sotana. Necesitamos de santos de jeans y zapatillas. Necesitamos santos que van al cine, escuchan música e sonríen con los amigos, que están en el mundo, y saben disfrutar de las cosas puras y buenas del mundo”, con la mirada vuelta a la plenitud de la Vida.
Dios nos da la vida y nos regala la vocación: renovar la iglesia hoy es nuestra misión de Jóvenes comprometidos.

                                                                          Por:Dom Leandro Silva-CRSP


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